lunes, 21 de mayo de 2012

Amor a primera compra...



Hoy toca plagio pero es que me encantó... y creo que tengo su permiso, pues gracias al globo de "pensar por libre"...

Se conocieron en la sección de congelados. Él buscaba unos langostinos y ella una bolsa de mejillones.
―Son tan buenos como los frescos ―dijo él―.
Ella se ruborizó un poquito, casi nada, y asintió con un gesto.


Volvieron a encontrarse junto a los embutidos.
―A mi hermana le gusta el chorizo un poco picante ―se justificó ella―. Yo la digo que no la sienta bien, pero…
Volvió a ruborizarse; pero apenas se notó.
Coincidieron al fondo del súper, en la droguería. Los dos buscaban pañuelos de papel. Él le recomendó unos de color de rosa con aroma de lavanda. Ella los prefería sin fragancias añadidas, pero le hizo caso.
Él estornudó.
―Siempre me pasa lo mismo cuando me emociono ―añadió―.
Y ella se puso colorada al saber que él también estaba nervioso.
Pasaron juntos por caja, y ella le regaló una bolsa que había traído de casa, porque ahora te cobran hasta las bolsas.
Dos días más tarde, frente a los cartones de leche, se cogieron de la mano casi sin querer y él le declaró su amor en la sección de conservas. Ella dijo que sí mientras abrazaba una lata de guisantes y estrellaba en el suelo una botella de aceite de oliva.
Se casaron dos meses más tarde. Fueron felices y comieron perdices de la sección de escabeches.
Él tenía 76 años. Ella aún no había cumplido los 63.

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